y no era posible amar
entre unas calles donde todo era sucio.
JAVIER EGEA
Ya siento caer la última noche
en el templo. Déjate la piel
sobre la mía bajo los tilos:
por fin los dioses han olvidado
las luces de los días ajenos
a tu tacto, aquellos cuando yo
no soy yo mismo
y no te quiero.
SARA A. PALICIO