lunes, 20 de junio de 2016

MEMORIA DEL PÁJARO, Jesús Montiel


Memoria del pájaro
Jesús Montiel
Ed. Hiperión
Madrid, 2016

"Al autor de este libro le gusta su vida. El problema es que su vida no le gusta a casi nadie." Así comienza Memoria del pájaro de Jesús Montiel (Granada, 1984), último ganador del Premio Hiperión. Y es que, ciertamente, la vida que relata el granadino a lo largo de los 32 poemas que componen el libro no es una experiencia que pudiera considerarse trepidante: ni aventuras fugaces en playas lejanas, ni viajes a uno u otro rincón del mundo ("Ya empiezo a echar de menos la aventura / de estar contigo en casa y con los niños"). Nos descubre, por el contrario, los milagros de la vida tranquila: el amor a lo largo de los años, las preguntas incómodas de un niño, los pequeños gestos de cariño, el paisaje a través de la ventana... Sin abandonar nunca el lenguaje de la cotidianidad, lo más mundano se transforma en una chispa de luz, por unos instantes el mundo está bien hecho. No hay poemas prescindibles o banales en este aspecto, ninguno falla en provocar un sencillo deslumbramiento.

Sin embargo, tampoco hay grandes emociones, fuegos artificiales por encima de las chispas. La vuelta constante sobre el aurea mediocritas doméstica puede terminar resultando reiterativa -el buen gusto, como bien apuntó Albert Camus, consiste en no insistir-. Por ello, llegan como una brisa de aire fresco los poemas sobre la cuestión social, más variados. Su gran acierto en este aspecto reside en huir de la proclama panfletaria, en situar la lírica siempre por encima de la consigna. Así, resuelve con soltura piezas sobre la crisis de refugiados, la escasez de agua en el tercer mundo ("Mira bien la botella que sujetas // No es justo que resulte tan sencillo.") o la clase política. Pero Memoria del pájaro nos recuerda que la crisis no sólo es económica, sino de valores. Si ya su reivindicación de la vida "fuera de la lógica del beneficio" bien podría por sí misma constituir una crítica a la sociedad moderna, varios versos la hacen explícita: el reflejo de una familia en la que "cada uno hace su vida después del microondas", de aquellos que prefieren los viajes a la comodidad y el cariño de un hogar, de la fugacidad de los intereses...

A Jesús Montiel le gusta su vida. Los lectores, sin duda, disfrutarán de su manera de contarla.


00:00

Ayer la oscuridad me visitó.

Hacía mucho frío delante del espejo.
La tarde era de abril.
Pero nevaba.

En medio de una máxima negrura
usé como linterna tu recuerdo
y fue mucho más fácil la paciencia:

las horas que duré sin alumbrado
pasaron menos lentas.
Y en medio de un invierno repentino
podía sin esfuerzo presentir
un eco de pisadas:
                                 tu beso andaba cerca.

La luz me sorprendió sobre las 00:00.
Volvías a mirarme.